¿Qué es lo que atrae a alguien a convertirse en traductor jurado? ¿Es la pasión por los idiomas? ¿La meticulosidad de trabajar con documentos oficiales? ¿O tal vez la emoción de descubrir historias en cada documento? En Dándole a la Lengua, nos adentramos en este fascinante mundo de la mano de Daniel García, traductor profesional que nos cuenta, con humor y sinceridad, cómo es su día a día en una profesión tan desconocida como imprescindible.
Si alguna vez te has preguntado qué hace exactamente un traductor de documentos oficiales, sigue leyendo, porque esta entrevista tiene respuestas… ¡y alguna que otra sorpresa!
Los mejores momentos de nuestra entrevista con el traductor jurado Daniel García
Hemos recopilado para ti los mejores momentos de nuestra charla para que puedas saber cómo es la traducción jurada desde dentro: los encargos más insólitos, los desafíos que plantea la inteligencia artificial, las cualidades del traductor jurado perfecto… ¡Adelante!
¿Qué te sedujo de la traducción jurada?
En primer lugar, tener unos profesores maravillosos de traducción jurada en la carrera. Por otro lado, yo creo que es un poco la traducción en la que uno se curte. Quien empieza en literaria, quien empieza en científico-técnica… descubre los secretos y lo bonito de la traducción a través de esa especialidad.
Además, siempre era como el trabajo ideal, el trabajo en el que yo decido mis horarios, en el que voy a recuperar mi vida, mis hobbies y mi tiempo. Para mí es lo mejor de la traducción.
¿Cómo debería ser un perfecto traductor jurado?
Yo creo que un traductor jurado tiene que ser muy buen traductor. Y ser buen traductor pasa por expresarse bien en los dos idiomas y por dudar e ir un poquito más allá.
Otra cosa muy importante es tener paciencia para revisarlo todo porque, lamentablemente, los clientes siempre se van a fijar en errores ortotipográficos. Da mucha rabia tener que repetir una traducción por una B o una V. En este caso también se debe ser perfeccionista.

También es muy importante conocer las culturas e investigarlas bien. Hay muchas culturas detrás de las lenguas. En el caso del español, tenemos toda Sudamérica. En el caso de inglés, América, Europa, Australia, Asia…
Además, nosotros, que tratamos con muchos particulares, hay que tener don de gentes, pero siempre con firmeza y conociendo bien hasta dónde llega mi responsabilidad civil.
¿Qué tipo de documentos son los que más te piden para realizar una traducción jurada?
Si hablamos de número de documentos, documentos académicos. Si hablamos de número de palabras, sobre todo derecho: derecho societario, derecho de familia, derecho civil, derecho notarial, sucesorio, escrituras, contratos, documentos del registro civil, todo tipo de certificados… Y ya en menor medida, traducción de informes médicos y casos especiales, por ejemplo, una conversación de WhatsApp.
La cosa más curiosa que me han hecho traducir es carteles de museos, porque la Junta de la Comunidad Autónoma implicada quería que fuera un traductor jurado por una cuestión de garantía de calidad. Realmente no tiene mucho sentido porque, en la traducción jurada, tienes que poner tu sello y no lo vas a colgar al lado del cuadro. Lo que se hizo fue hacer una traducción jurada justificativa y luego se acopló el texto en el formato requerido.
Como traductor jurado, ¿te consideras una persona curiosa o cotilla?
Sí, soy muy cotilla. Me gusta mucho traducir los certificados de nacimiento y las sentencias de divorcio porque es como el salseo de la traducción jurada.

También soy una persona muy curiosa en cuanto a saber de lo que estoy traduciendo. Si yo no conozco esto, pues me informo bien para poder explicarlo bien y trasladarlo en el otro idioma.
¿Hay algún encargo que te haya llamado especialmente la atención?
Recuerdo una conversación de WhatsApp sobre un problema entre un inquilino y el propietario de una casa. Lo que me costaba mucho era traducir los tacos, porque dices tú:
¿Cómo traduzco un taco en traducción jurada?
Me parece un poco irreverente en un documento oficial poner palabrotas. Entonces, igual lo puedes adornar, en vez de un taco poner un recorcholis.
Otra curiosidad es que se traduce mucho el certificado de matrimonio de Las Vegas. Es uno de los certificados más habituales y es un certificado propiamente dicho. Pero tienes que imaginar que seguramente el testigo de la boda esté disfrazado.
Con el auge de la inteligencia artificial, ¿en el ámbito de la traducción jurada también hay que temer?
Yo creo que todos estamos temblando.

En cuanto a los retos que tiene en la traducción jurada es que, por ejemplo, nosotros traducimos muchas fotos que están en muy mala calidad que al pasarlas a un formato electrónico se convierten en caracteres raros y que muchas veces solamente el ojo humano puede intuir.
Además, tenemos que describir mucho porque nosotros no podemos, por ejemplo, reproducir un sello, una firma, una imagen o una foto. El carácter visual y descriptivo de la traducción jurada es muy difícil para una inteligencia artificial.
Y no solamente eso, sino describir muchas realidades que son intraducibles, como son el ámbito jurídico y el ámbito académico de las culturas, que son completamente distintos.
Por último, está el carácter fedatario: en el momento en el que una inteligencia artificial dé fe de que una traducción es fiel al original, habrá que temblar.
¿La traducción es una profesión que no está tan valorada como debería?
Desde hace once años, siempre he dicho que soy traductor y la pregunta siempre ha sido la misma:
¿Y tienes trabajo?
Pero sobre todo, con la traducción jurada, porque muchas veces la gente piensa que traduzco libros, series… y les parece bien. Pero cuando hablas de traducción jurada, a lo mejor no saben ni lo que es.
La gente no sabe que son necesarias, sobre todo cuando una persona se muda a otro país. Entonces, mucha gente no se ha trasladado y no sabe que hay que traducir esas cosas.
¿Nos podrías hacer una predicción sobre cómo ves el futuro de la traducción jurada?
Hablando de la inteligencia artificial, si no pasamos de lo ético, se puede convertir en un gran aliado para todo tipo de traducción. Pero espero que para mejorar la eficacia y la eficiencia del trabajo y no para abaratar los costes. Porque abaratar los costes implica, a su vez, una reducción de la calidad.
A mí me gusta que haya problemas, porque son los que te dan las anécdotas, a veces es divertido enfadarse un poco y poner los puntos sobre las íes. Así no te aburres, ¿no? Si todo es todo es informático y tan mecánico, vaya aburrimiento de vida.
Lo bonito también es trabajar con muchas personas todos los días.
Traducción jurada: rigor profesional y emoción en cada encargo
La traducción jurada es un oficio que requiere precisión, paciencia y un profundo conocimiento del lenguaje y la cultura. Y lejos de ser un oficio monótono, la traducción jurada está llena de anécdotas, curiosidades y sorpresas. Como bien dice Daniel:
¡Qué aburrido sería si todo fuese mecánico!
Aunque muchos aún desconocen su importancia, el trabajo de estos traductores profesionales es clave para facilitar trámites legales, administrativos y académicos en un mundo cada vez más globalizado. ¿Quieres saber más? ¡Tienes el programa completo en YouTube!