La facilidad o dificultad de aprender un idioma depende de muchos factores. Evidentemente, los rankings elaborados al respecto no son universales ni válidos de la misma manera para diferentes personas. Influyen aspectos como la lengua materna de quien lo aprende, la exposición hacia ese nuevo idioma, y la motivación o la predisposición de cada uno. Incluso los traductores profesionales, que estamos en continuo contacto con otras lenguas (y tenemos grandes dosis de motivación y predisposición) nos encontramos con que algunos de ellos requieren mucho esfuerzo para llegar a dominarlos. En el caso concreto de hablantes de lenguas romances, hay dificultades incontestables que hacen, a priori, que nos resulte más trabajosa la tarea de aprender ciertos idiomas. Estos son, según nuestro punto de vista, algunos de ellos.

[Sharer]

Chino y otras idiomas asiáticos

El chino encabeza todos los rankings de idiomas más difíciles, se mire por donde se mire, y cualquiera que sea el idioma materno de referencia. La primera dificultad la encontramos en su sistema de escritura: símbolos que representan conceptos, y no letras. Por ello, no queda más remedio que aprenderse los miles de caracteres o hànzì (漢字 / 汉字) que existen. Es cierto que contamos con un método de ayuda, el pinyin, que es la transcripción fonética de estos caracteres al alfabeto latino. Sin embargo, nos encontramos pronto con el siguiente obstáculo, que es su complejo sistema de pronunciación, con 5 tonos diferentes.

Otras lenguas asiáticas como el japonés, tailandés, coreano o vietnamita nos resultan casi tan difíciles como el anterior, por la misma complejidad de sus respectivos sistemas de escritura y la necesidad de aprender sus caracteres.

Árabe

De nuevo un idioma complejo tanto por su alfabeto diferente, como por el hecho de que se lectura se realice de derecha a izquierda, así como sus formas verbales complicadas y un orden gramatical un tanto diferente. Aprenderlo es sin duda todo un reto.

Húngaro

Por extraño que parezca, porque usa también el alfabeto latino, el húngaro es uno de los idiomas más difíciles de aprender para los hablantes de lenguas romances. Las estructuras gramaticales y las conjugaciones de los verbos nos pueden poner en un aprieto.

Hebreo

Al igual que el árabe, se lee y escribe de derecha a izquierda y tiene su propio alfabeto, lo cual no hace fácil la tarea de dominarlo.

Danés

No sentimos en general gran familiaridad hacia las lenguas nórdicas, dada su escasa exposición. En el caso del danés, su difícil pronunciación y el hecho de que el idioma hablado no suena parecido a su versión escrita hace aún más complicado su aprendizaje. Tampoco es tarea fácil aprender noruego, dada la cantidad de variaciones y dialectos existentes de este idioma.

En cualquier caso, cada vez poseemos más medios y facilidades para aprender nuevos idiomas, y nada es imposible con la motivación suficiente y una dosis de paciencia. Pero si aún así la tarea se te resiste no te preocupes, ¡siempre podrás contar con los traductores profesionales cuando algo te suene a chino!

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